Se aproximan las fiestas de navidad y fin de año, por algún motivo nos hemos acostumbrado a tomar estas fechas para hacer balances, nos fijamos como está la situación económica, la familia etc, pero pocas veces, o nunca, nos preguntamos como estamos de amor y misericordia.
Cómo esta mi almacenamiento de rencor?
Limpié los contenedores o están desbordados?
Los cristianos de estos días tenemos muchos puntos en común con el hermano del hijo prodigo, intentamos ser buenas personas, tratamos de hacer los méritos suficientes para que todo funcione, el Padre sabe que puede contar con nosotros, pero algo nos falta.
Imagino a este hombre en la mañana, orando quebrantado y pidiéndole a Dios que le perdonara sus pecados y sus faltas, pero luego de un rato siente alboroto en el portón, se aproxima y ve a un hombre a quien le cuesta reconocer, quizás sea alguien pidiendo, vuelve a entrar a su lugar de oración pero siente la voz de su padre, lo siente gritar y dar gracias a Dios, sale, esta vez mas precipitadamente y ve a su padre abrazado con el hombre andrajoso
Se acerca y ve que es su hermano, el malo, el que se fue y se llevó su parte de la herencia, la verdad que no se alegra, por el contrario, se enoja
Yo siempre estuve a tu lado, trabajando y tu recibes con felicidad a este que ya te falló una vez y seguramente lo vuelva a hacer?
Estaba anteponiendo bienes materiales a la felicidad de su padre y al bienestar de su hermano
Cuando lo leemos como una historia, generalmente criticamos la actitud, pero si lo llevamos a nuestras vidas, como estamos actuando?
Qué hacemos luego de orar?
Hoy el mundo esta de patas para arriba, muchos han pedido su parte de la herencia y la han malgastado, andan deambulando cerca de la casa del padre pero no se animan a entrar, comiendo de las basuras que ofrece este mundo y sin esperanza.
Quiera Dios que nuestra vasija de amor y misericordia estén rebosantes, que nos alegremos con el padre por su llegada, que podamos compartir con él un amor genuino, no solo de palabras, que siempre haya una túnica limpia para compartir con el que regresa sucio, que siempre haya aceite para curar las heridas, que siempre haya alimento bueno y fresco, palabras de paz y de sanidad, sin juicio, sin condena, porque en definitiva todos hemos manchado las túnicas alguna vez.
Quiera Dios que esta no sea una navidad mas, que en este tiempo nos activemos, pongamos por obra todo lo que hablamos, que el amor y la misericordia sean nuestra característica sobresaliente, hay muchos esperando una nueva oportunidad.
Comentarios
Publicar un comentario