Hace unos días leía un articulo sobre el funcionamiento de los relojes mecánicos.
El “Calibre 89” de Patek Philippe es probablemente el reloj más complejo que jamás se haya producido: contiene un total de 1728 componentes, es impresionante ver la cantidad de piezas que tiene, algunas mas grandes y otras mas pequeñas pero todas, por mas insignificantes que parezcan, son imprescindibles para el funcionamiento del reloj, cada una es única, deben ser así, de ese tamaño, de esa forma y de esa consistencia, dicen que cuando lo arman no se necesita hacer ninguna fuerza, sencillamente cada pieza calza en su lugar y una vez terminado, cuando se pone en funcionamiento, todas las piezas trabajan en forma sincronizada, de manera casi mágica, a ningún experto se le ocurriría reemplazar alguna pieza dañada por otra que no fuera exactamente igual, cualquier cambio, por pequeño e insignificante que parezca, haría que el reloj dejara de funcionar o funcionara mal.
Increíblemente, por mas sofisticado que sea ese reloj, es insignificante con respecto a la naturaleza y a la vida de los seres humanos
¿Te imaginas cuantas variables y cuantas piezas se mueven en un día de funcionamiento de nuestro planeta?
Si, es difícil tan solo imaginarlo, hay algunas cosas que resultan inmanejables para los humanos, el clima, los movimientos de tierra, la fuerza del viento, por citar algunos ejemplos, sin embargo y a pesar de la notoria minuciosidad con la que fueron hechas todas las cosas, parece que la humanidad se empeña en ser mas capaz que el creador e intenta mejorar el mundo.
El hombre se atribuye el derecho de decidir quien debe nacer y quien no, parece que ya no se nace hombre o mujer, se nace y después cada uno decide y la medicina esta al servicio de personas que se someten a decenas de operaciones para verse como lo que no son.
Hoy vemos como el mundo se resquebraja, odio, maldad, violencia y muerte, son moneda corriente. Quizás, como en ese sofisticado reloj, deberíamos empezar a poner las piezas en su lugar, conforme lo indica el manual, al menos nosotros, los que tenemos la bendición de conocer al creador, deberíamos traer luz a un mundo en tinieblas, hace unos días leía el pasaje en el que van a arrestar a Jesús y pensaba, muchos de nosotros estamos siendo mas imitadores de Pedro que de Jesús, andamos todo el día buscando a quien agredir, por política, por futbol o por lo que sea, pero dedicamos mas tiempo a sembrar el odio que a cumplir la misión de hacer discípulos.
Tu eres una pieza fundamental para que la maquina funcione, pero debes estar en tu lugar y cumplir tu función, son tiempos difíciles, pero si como cristianos, no llevamos el mensaje a quien esta en oscuridad, ¿Quién lo hará?
Solo tengamos en cuenta algo, Dios no hace acepción de personas, es probable que nos encontremos predicándole a gente que, según nuestro criterio, no merece una oportunidad, pero Jesús entregó su vida por todos, no lo olvidemos
¿O acaso nosotros éramos merecedores de su amor y su perdón?
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