Antes no era fácil tener cosas de marca, la ropa de marca era algo reservado para unos pocos y lo que llegaba acá, generalmente eran imitaciones de mala calidad
En casa éramos 4 hermanos y no era fácil que nos compraran cosas "caras"
Yo al ser el mayor corría con un poco mas de esperanzas, luego mis hermanos irían usando la ropa a medida que me quedara chica, por lo tanto, cada prenda que me compraban, la debía cuidar como oro, para que cuando la heredaran mis hermanos, estuviera en buenas condiciones
-La ropa nueva es para salir, decía mi vieja, y guardaba lo mas nuevo casi bajo llave para que ni por error lo usáramos
Un día llegó mi padre a casa con unos championes de marca, blancos, nuevos en su caja, no recuerdo pero seguramente era mi cumpleaños, daba miedo hasta mirarlos, no fuera cosa que se mancharan
Cuando intenté probarlos mi mamá puso su mano sobre la caja
- ¿Se lavó los pies usted?
Así que tuve que quitarme el calzado que traía puesto y lavarme los pies, para recién después poder probármelos
Eran unos guantes, súper cómodos, plantilla acolchonada, blancos que encandilaban, casi estaba soñando con el uso que les iba a dar cuando escuche la voz de mi madre
_Ni se te ocurra que estos son para todos los días, para todos los días tenés los viejos, estos son para salir, ya mismo los guardas en la caja
Realmente no era mucho lo que salíamos, así que lo mas probable, era que los usara para algún acto de la escuela o la ida al medico
Y así fue, un día fuimos al medico y me puso los fantásticos championes de la pipa.
Feliz y orgulloso con mi calzado me fui para el doctor
Mientras esperábamos me puse a mirar y al lado, había un campito y varios niños jugando a la pelota, la tentación en su máxima expresión, observe a mi mamá que conversaba con otras madres, no era época de celulares y la gente hablaba entre si. Cuando note que estaba distraída, olvidando mis nuevos championes, arranque para el terreno a jugar a la pelota
No se cuanto tiempo pasó, algunos minutos seguramente, y la pelota se fue a la zanja, agua, barro y mis nuevo calzado, no eran, bajo ningun concepto, una buena combinación
Y pasó lo que tenia que pasar, embarre y mojé, los championes blancos nuevos
Cuando vi salir a mi madre y tomé conciencia lo que había ocurrido, intente limpiarlos refregándoles pasto, acción que no hizo mas que empeorar la situación
Solo recuerdo el rostro demacrado de mi vieja, que me gritó
_¿Sabes cuánto me costaron? Un día te vas a dar cuenta cuanto cuestan las cosas y empezaras a valorar
Creo que me dijo alguna otra cosita pero no se si da para reproducirla, ella, en el fondo, me estaba enseñando una lección
Nosotros somos muy de juzgar a primera vista, sin pensar en los costos, los vemos ahí y pensamos que nacieron ahí, no somos consientes del esfuerzo, las horas de estudio, cuanto entrenamiento y a cuantas cosas han tenido que renunciar en sus vidas.
Desde un futbolista, un musico, un medico o un sanitario, todos tuvieron que pagar un precio, mayor o menor, pero todos pasaron diferentes circunstancias para estar donde están, merecen ser valorados y no tener en poco su función en este mundo, pero muchas veces los menospreciamos como yo menosprecie a mis championes, no le damos el valor que se merecen, seguramente porque el esfuerzo no lo tuvimos que hacer nosotros.
En algunos casos hasta nos burlamos de ellos, pero siempre habrá una voz que nos recuerde que cada uno de ellos, sea un albañil, un policía, una enfermera, la cajera del super o quien limpia tu casa, pagaron o están pagando un precio que merece y merecen ser valorado y aunque muchas veces no lo expresen con su voz, seguramente cada vez que menosprecias a alguien, sentirás, al menos en su mirada, que te gritan igual que mi madre por los championes
_ ¿Tenés idea cuánto me costo?
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