Román, de chiquito era hincha de otro cuadro pero muchas veces acompañaba a su abuelo a ver a la IASA y de a poquito se fue enamorando de ésos colores.
El abuelo lo iba a buscar y lo llevaba a los partidos, el era chiquito y disfrutaba pasar tiempo con su abuelo.
El tiempo fue pasando y un día Román pidió la camiseta de la IASA, como se imaginaran su pedido fue complacido inmediatamente.
En medio de victorias y derrotas los partidos fueron pasando y un día, en el Centenario, frente a un grande, Román salió como mascota. Ya casi que no recordaba que había simpatizado por otra institución, cada vez se sentía más identificado con la camiseta naranja, hasta que llegó el día, Román enfrentó a su abuelo y le dijo, yo no soy más de...., yo quiero ser hincha de la IASA
Hoy Román es socio de Sudamérica, hincha consecuente, algunos días de partido llueve o hace mucho frío y Román, muy a pesar de de Carlos, esta ahí, no falta a casi ningún partido.
Es esa relación nieto abuelo pero también es esa relación de hinchas, de compartir alegrías y tristezas, de caminar en silencio tras un mal resultado pero también de abrazarse y llorar de alegría festejando un gol.
Hasta ahora Carlos lleva a Román pero dentro de unas décadas, cuando alguien escriba un nuevo capítulo de esta historia, seguramente Román llevara a su abuelo, al tata, al amigo, a ver a su querida IASA.
El tiempo fue pasando y un día Román pidió la camiseta de la IASA, como se imaginaran su pedido fue complacido inmediatamente.
En medio de victorias y derrotas los partidos fueron pasando y un día, en el Centenario, frente a un grande, Román salió como mascota. Ya casi que no recordaba que había simpatizado por otra institución, cada vez se sentía más identificado con la camiseta naranja, hasta que llegó el día, Román enfrentó a su abuelo y le dijo, yo no soy más de...., yo quiero ser hincha de la IASA
Hoy Román es socio de Sudamérica, hincha consecuente, algunos días de partido llueve o hace mucho frío y Román, muy a pesar de de Carlos, esta ahí, no falta a casi ningún partido.
Es esa relación nieto abuelo pero también es esa relación de hinchas, de compartir alegrías y tristezas, de caminar en silencio tras un mal resultado pero también de abrazarse y llorar de alegría festejando un gol.
Hasta ahora Carlos lleva a Román pero dentro de unas décadas, cuando alguien escriba un nuevo capítulo de esta historia, seguramente Román llevara a su abuelo, al tata, al amigo, a ver a su querida IASA.
Siempre damos el ejemplo, para bien o para mal pero siempre damos el ejemplo
Vaya a saber uno cuantos Carlos y cuantos Román habrán en nuestro fútbol, no son famosos, no tienen prensa, no son noticia, lo que vende es otra cosa, pero hoy quiero, usando su ejemplo, abrazar y saludas a todos los que tienen historias similares, ustedes son el fútbol mismo.
Algunos le llaman solo fútbol, seguramente no conocen estas historias
Vaya a saber uno cuantos Carlos y cuantos Román habrán en nuestro fútbol, no son famosos, no tienen prensa, no son noticia, lo que vende es otra cosa, pero hoy quiero, usando su ejemplo, abrazar y saludas a todos los que tienen historias similares, ustedes son el fútbol mismo.
Algunos le llaman solo fútbol, seguramente no conocen estas historias
Comentarios
Publicar un comentario