Me quedé sin nafta

Ayer me pasó, seguramente a vos alguna vez te ocurrió

Iba en la moto, con poco tiempo y de repente, la moto dejó de avanzar

Fue como un último aliento, la intentaba acelerar pero, para mi pesar, se había quedado sin nafta.

La miraba, estéticamente se veía bien, mecánicamente también, pero allá iba yo con la moto de arrastro.

Observaba los vehículos que pasaban por mi lado, quizás con la esperanza de que alguno se detuviera y me ofreciera un poco de nafta para llegar a mi destino, pensaba que muchos tenían nafta de sobra y era "injusto" que yo estuviera con el tanque vacío.

Como generalmente ocurre, me sentía víctima de la situación y no responsable por lo que estaba ocurriendo. 

También en nuestra vida nos podemos quedar sin nafta, muchas veces vemos gente que estéticamente se ven bien, que tienen buena salud, pero no tienen combustible para seguir avanzando, mucha gente anda por el mundo esperando que alguien le regale un poquito de combustible, una motivación, para continuar con su viaje. 

Los motivos por los que nos quedamos sin nafta pueden ser diversos, distracción, pereza, confianza, mal calculo o hasta puede ocurrir que el medidor nos haya mentido, sin importar por qué te quedaste sin combustible y sin importar cuanto tengas que arrastrar tu vida para llegar, la única solución es encontrar una estación y llenar el tanque

Quizás seas de los afortunados que en el camino encuentran alguien que te comparte un poco de su combustible para que llegues al surtidor, quizás no, pero cuando llegues, mientras ves que tu tanque se esta llenando, comienza a valorar este tiempo, el tiempo de llenar el tanque, no es un tiempo perdido, no te acostumbres a andar en reserva o a esperar que alguien te preste combustible para continuar, puede haber imprevistos, que no nos agarren con el tanque vacío, periódicamente debemos completar la carga, no esperes a último momento, eso te evitará perder tiempo, gastar energías innecesarias y permitirá que avances con rapidez y con confianza

Mateo 25 1-13