El gol de tu vida

Desde ya les digo que lo que voy a compartir, no intenta ser una verdad absoluta ni nada que se le parezca, solo es mi verdad, o mejor dicho, mi experiencia. 

Mucha gente se pone violenta, se ofende, discute e insulta por el futbol y me cuesta compréndelos, mi relación con el futbol es totalmente contraria. 

Me crie en un hogar con problemas, otras épocas, otras realidades, otros derechos. Vivíamos en las afueras de Las Piedras, en Vista Linda y aun luego de muchos años, sigo recordando algunos momentos de mi infancia y mi juventud, en esa época, la radio lo era todo, recuerdo sentarme junto a ella, una radio de madera, de aquellas a lamparas, la cual cuidábamos como un tesoro. 

Había días duros y me refugiaba en los relatos de Muñoz, de Víctor Hugo o de Kesman, para silenciar, al menos momentáneamente, las discusiones entre mis viejos, esos relatos llenos de emoción me sacaban de ese entorno y me llevaban al Centenario o vaya a saber a que parte del mundo, dejaba que mi imaginación me hiciera soñar, alcanzar lo inalcanzable y a través de aquella vieja, pero muy cuidada, radio, podía encontrar paz en medio de la tormenta, sin dudas, el futbol, fue el instrumento que uso Dios para que pudiera seguir adelante, sin dudas, si no hubiera estado allí la cantora, otro habría sido mi camino. 

Por eso, para mi el futbol es un instrumento que combate la violencia, el futbol hace mas sabroso un arroz blanco con huevos fritos, un triunfo deportivo te da la energía para continuar, aun cuando los problemas te digan, hasta aquí llegaste, esos relatos me permitieron soñar que todo iba a mejorar, que siempre había revancha, que había mas copas por levantar y que, si esta vez nos toco perder, hay que redoblar el esfuerzo, prepararse, reinventarse y volver a jugar. 


Dios uso el futbol, para que entendiera principios de la vida, no todo son rosas, hay situaciones que son ingobernables, pero la actitud ante ellas, debe ser innegociable, no siempre las derrotas son por hacer mal las cosas, se puede perder o ganar, eso es circunstancial y multifactorial, pero lo que no se puede, bajo ningún concepto, es dejar de intentarlo


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