El sábado fui al Parque, no estaba atravesando un buen momento, poco trabajo, muchas cuentas y los problemas que éso genera a nivel
familiar, de todas formas decidí ir, el fútbol, al menos por un rato, hace que
uno deje de hacerse la cabeza
Llegamos cuando aún faltaba un rato para arrancar el
partido, entre las personas que habían estaba un muchacho de camperón rojo,
desconozco su nombre, solo hablamos de fútbol, bueno, no solo de fútbol,
también del precio de las tortas fritas
Hablar de cualquier cosa con alguien desconocido, que no te
juzgue, que no te tenga lástima y que te saque de tu circulito por un rato, es
algo muy positivo
Sigo pensando que el fútbol es mucho más de fútbol, es
compartir, es distraerse, es saber que no todo el mundo está juzgando lo que
uno hace o deja de hacer, es encontrar ese oído dispuesto a escucharnos como si
supiéramos de lo que hablamos
Pronosticamos, nos preocupamos cuando el resultado no era el
esperado, confiamos que se podía revertir y festejamos la victoria final
Igual que en la vida
Planificamos, no siempre las cosas transcurren como
queremos, debemos trabajar y confiar que la situación va a cambiar y
finalmente, cuando llegue el día bueno, vamos a festejar junto con aquellos que
nos acompañaron durante el proceso
Hoy quiero agradecerle al muchacho de campera roja, no se su
nombre, pero fue mi mejor amigo durante 2 horas
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